Palabras

Siempre es un buen momento para

hacer las cosas mejor.

Detente, observa y toma nota

Escritura para tomar las riendas de tu vida

Alcanza la mejor versión de cualquier aspecto de tu vida

de manera sencilla y accesible.

 

«Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo»

Ludwig Wittgenstein

Con mi forma de expresarme no solo digo cosas, sino que me relaciono con los demás y conmigo mismo.

Mi lenguaje me relaciona con el mundo.

Mis palabras están vivas no porque signifiquen algo por sí mismas, sino porque vivo con ellas.

Nuestras palabras y nuestras acciones están entretejidas.

Cada palabra me afecta, tanto si soy yo quien la pronuncia como si soy quien la recibe.

Por inocentes que las creas, el poder de las palabras es inmenso y ejercen una gigantesca influencia en tu cerebro, tu salud y tu estado de ánimo.

¿Cómo te sientes cuando recibes una buena noticia?

¿Y una mala?

Escribir para sanar

La calidad de tus relaciones es el resultado de la calidad de tu comunicación con los demás y contigo mismo.

¿Eres consciente de tu diálogo interno?

La mayoría de las veces no somos conscientes de las palabras que empleamos porque a diario nos movemos a una velocidad tan vertiginosa que hace que vivamos en modo automático.

Casi siempre nos damos cuenta cuando tenemos las consecuencias delante.

De ahí que la escritura sea una herramienta tan poderosa.

Te permite detenerte, buscar un momento de serenidad e intimidad para mirar dentro de ti mismo y analizar tus pensamientos y emociones para diseñar la vida que quieres tener.

Para eso es ideal llevar un 

Lo que decimos es tan importante como lo que no decimos.

Cada palabra te ayuda a comprender lo que hay, lo que se ve y lo que no se ve. Te ayuda a encontrar la esencia de lo que quieres transmitir.

Dedicar un poco de tiempo a pensar lo que quieres decir y cómo lo quieres decir, mejora tu comunicación con esa persona y ayuda a expresar lo quieres realmente.

Normalmente no estamos educados para hablar de manera natural sobre nuestros sentimientos más profundos. Quizá por eso no te sientas cómodo cuando hay que hablar de ellos y tus palabras no reflejen lo que realmente llevas en tu interior.

O simplemente porque no encuentras la mejor forma de transmitirlo.

Cuando se trata de un ser querido tenemos la idea de que siempre va a estar ahí.

¿Por qué no decirle todo eso que guardas antes de que ya no tengas esa oportunidad?

Para eso están las 

carta

¿Te gustaría conocer mi versión en una carta?

A veces me ocurre que hay algún tema que me ronda la cabeza. 

Puede que se lo comente a alguien pero me gustaría conocer otra visión.

Otras veces lo que me ronda no sé a quién contárselo.

Si te encuentras en esa situación, puede que simplemente te apetezca intercambiar impresiones sobre algún tema concreto conmigo.

Si quieres hacerlo con total privacidad puedes recibir mis 

¿Quieres tener un corazón vivo y un cerebro activo?

La respuesta es sencilla: aliméntalos.

Aquí vas a encontrar artículos de reflexión,  cartas, anécdotas, historias reales o basadas en hechos reales.

Luego tú ya decides qué hacer con todo ello.

Del cuerpo te encargas tú.

Me llamo Ana Isabel

Soy profesora de español, lengua y literatura y toda mi vida he dado clase. También soy copywriter y experta en comunicación.

Tengo tres hijas y estoy divorciada.

Cuando llegó el confinamiento en 2020 y empecé a ver que el mundo se estaba derrumbando, no podía dar crédito a lo que estaba pasando. ¿En serio?

De manera que pensé que al mundo le sobran palabras de miedo, ira, preocupación, odio, temor, amenaza, desconfianza… y más palabras de tranquilidad, reconciliación, sosiego, reconocimiento y paz.

Yo creo que la vida, el universo, Dios… está desenado ayudarnos si dejamos de ser orgullosos y tener malos pensamientos y malos sentimientos.

Creo que solo podemos recibir esa ayuda cuando aprendemos a escuchar y solo podemos escuchar cuando estamos en paz. Eso es todo lo que tenemos que hacer.

Por eso pensé que sería bueno empezar a llenar el mundo de palabras con corazón.

Puede parecer una idea muy romántica y un tanto estúpida e infantil. Tan solo hay que probar…

Tengo el loco capricho de intentar compensar las palabras negativas lanzando al viento palabras positivas.

Después donde él las lleve no es asunto mío.

Ojalá ayudes al viento a dispersarlas como esporas que viajan libres para posarse a su antojo y finalmente germinar en un nuevo corazón.

Pd: que cada día de tu vida tenga palabras felices que sean fértiles.n

Contacto

Siempre estoy frente a mi ordenador sembrando nuevas palabras. Así que si quieres decirme cualquier cosa, en este enlace te leeré antes.

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